domingo, 14 de agosto de 2016

La biología y sus beneficios.

Me encanta la biología. Creo que es una de las pocas pasiones que tengo hasta ahora. Debido a eso, tuve la oportunidad de competir representando a mi colegio en las olimpiadas de biología. Como la competencia era en otra ciudad, tuvimos que viajar y alojarnos en un hotel: todos los varones por un lado, y todas las mujeres por otro. Mi colegio llevó dos grupos, yo estaba en el grupo básico, Mauricio en el avanzado.

Mauricio era la típica representación cinematográfica de un estudiante aplicado: Flaco, alto, cabello castaño alineado y peinado para un costado, reservado, centrado y muy equilibrado. Era tan aplicado que le gustaba estudiar matemática fuera de clases, por lo que era capaz de sustituir al profesor cuando los chicos no entendían. Era, lógicamente, el mejor alumno de la clase y le encantaba leer libros de ciencias exactas.

Las dos noches que estuvimos en aquella ciudad, a él le encantaba mostrar su virilidad y camaradería con los otros chicos quitándose los pantalones y estudiar, hablar, explicar y ver tele en ropa interior.
Yo dormía en una cama cucheta junto con otro chico. Para mi suerte, me tocó la cama de abajo y el chico de arriba estaba tan confundido en un tema de biología que Mauricio, ya en calzones, se paró al lado de mi cama y empezó a explicarle al chico que estaba perdido en su teoría sin darse cuenta de que yo, con ojo adiestrado, estaba disfrutando de la vista de su prominente bulto.
Por desgracia, Mauricio solamente participó ese año, mientras que yo continué adiestrándome en biología durante otros tres años. 

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